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sábado, 4 de diciembre de 2010

Los Niños: Imitadores de la sociedad televisiva.



Los niños son excelentes imitadores, incluso durante los primeros meses de vida, los infantes pueden remedar las expresiones faciales de las personas que los cuidan; a muchísimos padres se les recomienda que cuiden su vocabulario cuando sus pequeños de tres años dicen una mala palabra en un momento de frustración.

En publicaciones profesionales que no suelen llegar al público general, hay miles de artículos que documentan los efectos negativos de los medios de comunicación en la juventud, particularmente los efectos de violencia que muestran. Los niños que ven televisión durante más horas son más agresivos y pesimistas, menos imaginativos y empáticos, tienden a ser más obesos y no son tan buenos estudiantes como los niños que ven menos televisión. Cada vez es mayor la preocupación por el hecho de que se ha mantenido oculta la " historia real" de la violencia en los medios de comunicación y sus efectos en los niños.

La televisión es una realidad y no va a desaparecer; y más que juzgarla como una forma de utilización del tiempo libre puramente negativa, se debe aprender a usarla mediante la selección acertada de los programas y facilitando el diálogo e intercambio entre los miembros de la familia, asumiendo una actitud activa y crítica ante ella.

Plantea que la televisión se nutre de la realidad social para elaborar imágenes simbólicas que refieren a estereotipos de vida, sistemas de creencias, representaciones mentales y actitudes emotivas, que modela las concepciones de los públicos sobre la realidad. A su modo de ver, los espectadores asiduos de la TV son propensos a la imitación de estereotipos, sea cual fuere su extracción sociocultural.

George Gerbner (1993)

El papel de los medios de comunicación como agentes de socialización es conocido: junto a la familia, la escuela, la iglesia, transmiten los patrones culturales y las pautas de comportamientos que posibilitarán al individuo convivir con los otros. Pero la televisión es un agente formador que se infiltra en el hogar, apelando a la emociones, utilizando un lenguaje accesible y asumiendo el maquillaje del espectáculo. Su comprensión no requiere de talentos, destrezas ni habilidades especiales. Ni siquiera exige esfuerzo o concentración. Y logra eludir el control de los padres.

Vianny Vilchez

19.078.345

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