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martes, 30 de noviembre de 2010

La función social de los medios de comunicación


Desde sus inicios, los medios de comunicación han venido cumpliendo la función de ser instrumentos socializadores, con un fuerte impacto en la configuración de los valores, creencias y actitudes de las personas que se desenvuelven en ella. La televisión se ha convertido en la principal red educativa capaz de cambiar, con mayor rapidez y agilidad, los sentimientos, los hábitos y las conductas de los receptores, por lo que es una influencia muy poderosa en el desarrollo del sistema de valores.


Un ejemplo claro de ello son las actitudes poco saludables aprendidas desde los medios durante la infancia, las cuales pueden ser puestas en acción durante la adolescencia, como es el caso de la irresponsabilidad en la actividad sexual, pues los niños que se exponen al sexo a través de la televisión tienen un porcentaje doble de iniciarse en una relación sexual a muy temprana edad.

Dentro de los medios de comunicación, la televisión es el más accesible para los niños, está presente en la mayor parte de los hogares y no requiere de habilidades muy complejas para recibir la información, se sabe que la televisión (TV) tiene influencias tanto positivas como negativas en ellos.

La televisión es un medio visual que tiene como fin mostrar imágenes de cosas reales a su público; sin embargo, esta realidad se muestra alterada o aumentada para quienes la observan. La televisión usualmente es embestida por la violencia, que es lo que más vende además del sexo y las consecuencias que tiene esto sobre los niños son devastadoras, ya que los habitúa a la violencia y en un futuro es probable que se conviertan en adultos aún más violentos.

La imitación no es el único mecanismo de aprendizaje que tienen los niños, es el primero y sienta las bases de aprendizaje futura. Como los niños imitan permanentemente a la gente que los rodea, es lógico que también imiten a las personas que ven en la televisión o en el cine, esto se debe a que los niños no son especialmente selectivos en lo que imitan, especialmente si lo que ven son acciones agresivas gratificadas.

Situaciones de riesgo

  • Violencia: el grado de violencia actualmente en los programas de televisión es considerado elevado. No todos los menores asimilan igual las escenas violentas, pero sí pueden llegar a habituarse y a ser más condescendientes con la violencia en la vida real, llegando a tomar por normal situaciones que no lo son.
  • Sexo: Para los más pequeños, es necesario introducir el tema de la sexualidad de una forma cercana, no ajena a su realidad como se presenta en algunas películas y series. La sexualidad no es algo banal y hay que ir descubriéndola de acuerdo al desarrollo evolutivo de cada uno y de una forma natural.
  • Comportamientos sociales: En la TV se muestran comportamientos sociales que alaban conductas asociadas a la competitividad, al éxito fácil, sin necesidad de esfuerzo, al uso de la violencia como modo sencillo de resolver conflictos, el consumismo. Estos contravalores inhiben los valores que promulgan la escuela y la familia: aquellos asociados a la convivencia, al esfuerzo, al consumo equilibrado, a necesitar lo que realmente se precisa y a la paz.
  • Estereotipos: Es la figura de la mujer la que sale más perjudicada dentro del mundo televisivo: la mujer como objeto, la mujer que para conseguir el éxito necesita convertirse en una persona agresiva, la que debe tener un cuerpo perfecto para poder triunfar. Esa imagen de la mujer se implanta en la mentalidad de los más pequeños como lo habitual. Lo que aparece en la televisión goza de tal credibilidad, para la población en general y para los niños en particular, que muy pocas veces uno se para a tomarlo como falso, a discutirlo o a criticarlo.

“En la TV aparecen más hombres, y éstos son más agresivos, activos, constructivos y serviciales, sus actividades la aportan recompensas tangibles. Pero las mujeres tienden a ser diferentes, pasivas e ignoradas, y son castigadas si se vuelven muy activas”. Hoffman (1997).

“Los niños obtienen por televisión información sobre posibles ocupaciones y/o actividades para hombres y mujeres, y creen que esta información es cierta. La TV presenta muchos más estereotipos de los que se encuentran en la vida real”. Hoffman (1997)

  • Lenguaje verbal desagradable e inadecuado: la televisión, lejos de ser esa herramienta educativa que podría ser, fomenta además un uso del lenguaje poco apropiado. En un intento por acercarse más al mundo de los jóvenes, los guionistas de programas utilizan, a menudo, una jerga que intenta identificarse con ellos y, lo que hace es afianzar un uso del lenguaje que puede llegar a ser desagradable.

Mónica Rondón

C.I 18.831.616

www.monicarodonp.blogspot.com

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